1. Evite los productos químicos: los perfumes, las lacas para el cabello y los cosméticos pueden empañar sus joyas. Recuerda perfumarte y aplicar tus productos de cuidado de la piel antes de ponértelos.

2. Espera a que tus cremas se absorban: Si usas anillos, pulseras o collares, asegúrate de que las cremas y lociones en tu piel se absorban bien antes de aplicarlas. Esto evita cualquier contacto directo entre el metal y productos que puedan dañarlo.

3. Cuidado con las sustancias corrosivas: el cloro, los aceites o incluso los perfumes pueden dañar tus joyas de acero inoxidable. Si está nadando o realizando actividades que involucren productos corrosivos, recuerde quitárselos.

4. Limite el contacto con el agua: aunque el acero inoxidable es duradero, el contacto prolongado con agua de mar o agua clorada puede afectar el brillo de sus joyas. Después de nadar, enjuágalos con agua limpia y sécalos con cuidado.

5. Inspeccione regularmente: un vistazo rápido de vez en cuando le permitirá verificar si hay desgaste o suciedad. ¡Utiliza un paño suave para pulirlos sin rayarlos y recuperar su brillo!

6. Guárdalos con cuidado: Para evitar que se enreden o se rocen, guarda tus collares individualmente en una bolsa o caja, dejando el broche sobresaliendo. Esto hace que sean más fáciles de usar y los mantiene en buenas condiciones.